A mi no me cuentes penas
Cuéntame tus alegrías
Que bastante tengo yo
Con todas las penas mías.
Así habló el niño-novio
Ya la niña no reía
Y una noche de luna llena
Te vi llorando,
Sin tu saber que yo te vía.
Me agaché a preguntarte
La vuelta te diste tu
Y por querer alegrarte
Te reíste a contraluz
Y me enseñaste tu semblante.
¡Qué lindos tus ojos húmedos!
¡Qué lágrimas más saladas!
Si ese niño no te quiere
No sabe lo que se deja
No sabe lo que se pierde.
Y hoy te regalo una flor
En este poema que lees
Espero sigas tan guapa
Y que duermas entre claveles.
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