Y la puerta se cerró
Y el silencio se quebró
Y en aquella habitación
Dos corazones mueriron
Y salieron disparados
Sin ni si quiera mirarse
Sin decirse ni un adiós.
Y la vida continuó
Y los sueños se difuminaron
Y lo que antes Dios había unido
El hombre lo separó.
El amor había muerto
La felicidad, desaparecido
Y en el monte del Olvido
Dos cruces se han clavado
Como José Feliciano decía
Como cantaba esa letanía
Un hombre ciego
Y ahí terminó la historia
Abrazados en el salón
Un beso, un apretón de manos
La puerta se cerró
Y solo quedó un ADIOS
Roto, únicamente,
Por un portazo.
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