CUAL QUIJOTE
Una sombra sombría
recorría su mirada
y aunque él se reía,
de pena se ahogaba.
Era un tipo sencillo.
De sencillas palabras.
Soñador empedernido.
Enamorado y crápula.
Una mujer le quería
y besaba lo que él pisaba.
Eso era lo que le decía,
pero en realidad, le engañaba.
Tenía los ojos grises
que a veces le asustaban.
Y aquella sonrisa firme
alegría le contagiaba.
La tenía que dejar
y sentirse otra vez libre.
La tenía que olvidar
y olvidar sus días tristes.
Pero ella se negaba
y recorría los confines
para clavar sus garras
como a una gacela el tigre.
No podía hablar con nadie.
Presentía su mirada.
Aquella mirada flameante
le quemaba hasta su alma.
Y tuvo que decidirse,
echar valor y ¡al toro!.
Cortar sin ponerse triste
Y mandar a la porra todo.
Su destino ahora es
incierto cual Don Quijote.
Escribiendo para ustedes
poemas de negras noches.
COMUNERO
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