EL RETRATO DE DORIAN GRAY (De la novela de Oscar Wilde)

EL RETRATO DE DORIAN GRAY Lo que les voy a contar no se lo he contado a nadie. Si les asusta mi voz dejen de leer, por que sé que en lo que escribo, ustedes ponen sonido y en estas letras se esconde una tristeza que ni yo, sé, exactamente, si es de locos o qué es. Existe un jardín que es de vida y es de muerte, que da amores y los quita, unos dicen que es verdad, otros mentira, todo depende del olor que las flores den. Hay una rosa medio roja, medio negra, que habla y cuenta sus penas dejando un rastro tras de ella que a muchos conmueve y a muchos los hipnotiza. Hay una fuente de copa, que levanta agua fresca a borbotones, cristalinas cascadas de colores, de burbujas y diminutas gotas en las cuales, cualquiera puede caer. Hay un viejo escuchando el sonido del aire y se alegra, y se entristece y oyéndolo se adormece y casi nadie le ha podido ver. Pues bien, ese viejo soy yo, y cuentan las malas lenguas que fue allí donde Satán compró el alma a quien les habla. Dormido, no me di cuenta y creí que soñando estaba. Soñé con ser siempre joven, soñé que la vida me sonriera, soñé que las mujeres vinieran como palomas a mi estanque, y lo que el diablo me dijo, firmé. Y pasaron años, meses, días. Pero a mí no se me notaba. Mis amigos juraban que el tiempo por mí, no corría. Y acertaban. Ellos sufrían dolores, tenían achaques, se medicaban, y yo, que al principio de todo pensaba que era una gran tontería, vi, que ellos envejecían y yo no. Ahora soy un tipo sin años, escribo poemas de amores y muchas mujeres suspiran por saber el secreto que guardo. Pero nadie, hasta hoy, ha sabido, ni sabrá, que daría incluso mi vida por recuperar mi alma, por tener edad, por ser, en definitiva, un mortal como todos los demás. Y aquí sigo pintando un jardín lleno de flores, con una fuente de copa levantando agua fresca a borbotones y en el centro un señor envejeciendo, con la firma de DORIAN GRAY. Mi retrato. COMUNERO