AL CIELO

AL CIELO

Es curioso lo que hago
cuando a la noche salgo
y me pongo a mirar al cielo.

Siempre busco una estrella,
que, normalmente, suele ser la misma,
y cada vez que la veo, inconscientemente
me parece distinta.


Y recorro con la mirada
las constelaciones del inmenso universo,
salpicaduras de estrellas, planetas y luceros,
que en esa esfera gigante
conforman nuestra galaxia.
Y como si emprendiera un vuelo,
noto la caricia del aire,
siento el soplar del viento
y al pasear por la calle,
mis ojos se cierran como si estuviera jugando a un juego.
Sueño que soy un ave,
levanto los brazos contento,
y pienso en ti,
pienso en tu cara, pienso en tus ojos,
en la piel morena de tu cuerpo,
y sonrío y me río,
y quiero gritar: TE QUIEROOOOO,
y lo grito, muy bajito,
casi casi como un suspiro,
es más como un requerimiento
que mis labios y mi boca
quisieran decirte aquí y ahora,
en vivo y en directo.

Y algún extrañado gato
se para a ver lo que hago
y me maúlla y me despierta,
y creo que es el cantante
de alguna banda de música
volviéndose en el acompañante
que a su manera, me anima.

Y lo miro en silencio,
ni respiro, ni me muevo,
solo lo oigo
cantando su particular serenata,
el bolero que le falta a Frank Sinatra,
y es que el hombre lo hace con tanto esmero,
que cualquiera le para:
miiiaaauuuu, marramamiaaauuuu,
miauuu...
Hasta que llega otro gato,
digo yo que será su amigo.
Y los tres nos quedamos sumidos
escuchando y mirando
al cielo.

COMUNERO