LEYÉNDOTE
Nunca escuché tu voz,
y seguramente, nunca la escuche.
Pero en tus letras
mi imaginación,
va leyéndome contenta
las palabras que ahora se oyen.
Me imagino que tendrás
una voz dulce y serena,
cual princesa de novela
altibaja y tan coqueta
que al oírla y escucharla
hasta los ángeles más revoltosos
se callan y se moderan.
Creo que ahora me llega
el susurro de ese poema
que escribiste a las estrellas
con la claridad de la luna llena
dejando escapar
algún que otro suspiro
que a mi cabeza condena.
Y veo tu boca moverse,
deletrear cada una de esas letras
encendiendo en mi alma
la chispa de un amor
que aletargado
sumiso calla.
Ayyy, amor, amor, amor...
Tengo ganas de gritarlo,
y en mis letras no se aprecia
que te quiero, que te llamo,
que leyendo tu poema
me siento tan enamorado
que no sé cómo decirlo,
que no sé cómo expresarlo
sólo creo que te oigo
y como a dos voces, a dúo,
lo leemos los dos juntos,
tu cabeza en mi costado,
y mi brazo sobre tu hombro.
COMUNERO
2 comentarios:
Hola Chaval, preciosos versos y precioso poema, repito, me gusta lo que escribes.
Un abrazo de tu abuela.
Es como leer en su cuerpo.
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