Creo que
lo más fácil fue
decir...
ADIÓS
Y si,
en verdad
fue así.
Casi sin decir nada
se intuyó la despedida,
la mano levantada
ondeando entre palabras
que no se oían.
Tu esperaste,
yo no respondí.
El tiempo se desvaneció
y
lo único que quedó
entre tu y yo
fue
un adiós de mierda.
La pataleta
que haría un crío
cuando no le dan su galleta.
Pero no nos movimos
ni siquiera hicimos ruido.
Nos levantamos de nuestros asientos
disculpen si les molesto
y salimos a respirar.
Y ahora después de...
¿cuánto? ¿tres meses, diez, años quizás...?
volvemos a recordar
y volvemos a mirar
la última página
la última acción,
el último suspiro de la función,
el cuervo que volando grita...
¡¡¡ADIOS, craaak, ADIOS, craaak, ADIOS!!!
COMUNERO
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