CENICIENTA
Aquella Pricesita
que bailaba para mí,
dejó una noche la sala
saliendo sin despedir.
Yo estaba contando
a unos amigos de allí
una de mis batallas
contra un dragón malandrín.
Cuando me dí la vuelta
y ya no estaba la musa.
Pero en la escalera
olvidada quedó su gamuza.
Salí corriendo a ver,
ni sombra de la individua
solo la polvareda
que se levanta en la bruma.
Mandé a mis lacayos buscar
y buscaron por todo el reino
pero la niña guapa
se escondía sin remedio.
Probamos más de mil pies
con la zapatilla encontrada
más si a unas le era chica
a otras les sobraba.
Hasta que un día sin más
llegamos a una casita
donde tres hermanastras
y una madrona vívían.
Nadie parecía ser
la dueña la de zapatilla
pero de una ventana salía
la voz que a mí me encantaba.
Cenicienta, Cenicienta.
Mi Princesita encantada
Aquel zapatito la entraba
sin calzador ni más nada.
Y así fue como fue
que me casé con mi amada.
Yo estoy tan feliz
y ella encantada.
Colorín, colorado,
este cuento
se ha acabado.
Jajaja
Colorín, colorado,
este cuento
se ha acabado.
Jajaja
COMUNERO
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