UN DÍA YO...
Sé que nadie vendrá,
que todos estáis demasiado ocupados,
que en mi muerte el cielo gastado
se volverá negro y oscuro sólo para mí.
Que vosotros seguiréis
contemplando los pájaros,
regando las flores,
paseando como si nada
y sin recordarme para nada
ni os daréis cuenta que yo ya me fui.
Y estaré en el otro mundo
ese que se sueña cuando estás dormido
el mismo que ahora me imagino
como si estuviera ya allí.
Si,
moriré.
Porque nadie se va a quedar para ver
como mueren los demás,
como si esto no fuera con él.
Me gustaría morir tranquilo,
sosegado,
como el que se echa una siesta
y sin tener que despertarse a una hora concreta
se duerme y plin.
Sin preocuparme de este cuerpo,
ni de estos ojos,
ni de estas manos,...
que por cierto, si a alguien le hacen falta
se los regalo porque una vez muerto
que necesidad tengo
ni de boca, ni pulmones,
ni corazón, aunque eso si,
he de recordarles
que he fumado,
que mi corazón ha sufrido como el de cualquier ser humano,
y que mi boca ha dado los besos más dulces
y ha maldecido como un poseso cuando Dios le daba de lado.
En fin,
si alguna vez me acuerdo
cuando ya esté en "ese" lado
creo que hablaré bien de ustedes,
no puedo asegurarlo,
porque algunos de los que seguís vivos
me habéis dicho que preferís el Infierno
que estar en el Cielo rezando.
Y no vengan ahora diciendo que es broma,
que las obras son amores
y las palabras se las lleva el viento.
Y ustedes han hecho
lo que les ha dado la gana
estuviera bien o mal hecho
por eso,
a ver si ahora me van a contar cuentos.
En fin, sigan viviendo
que la vida tiene aún historias bonitas
y ustedes tienen todo el tiempo.
COMUNERO