¡¡¡BIENVENIDOS A LA ÓPERA!!!
Hacía viento en la calle.
Los faroles de gas alumbraban.
Una especie de lluvia finita
iba cubriendo de chispas
las luces del boulevard.
Era una noche de otoño,
Noviembre para ser exactos.
Los carruages engalanados
y los cascos de los caballos
resonaban sin parar.
Un frío polar rebañaba
solares, portales, ventanas
y los grisáceos adoquines
de granito aferrados
como tumbas diseminados
Los faroles de gas alumbraban.
Una especie de lluvia finita
iba cubriendo de chispas
las luces del boulevard.
Era una noche de otoño,
Noviembre para ser exactos.
Los carruages engalanados
y los cascos de los caballos
resonaban sin parar.
Un frío polar rebañaba
solares, portales, ventanas
y los grisáceos adoquines
de granito aferrados
como tumbas diseminados
por el suelo vienés
reflejaban
pisadas de zapatos,
suelas de caucho,
botas altas, botines,
abanicos, paraguas, bastones,
terciopelo en los cordones, hebillas de oro,
faldas y pantalones de abrigo,
esclavinas, fracs, capas,
pajaritas, alzacuellos,
pendientes, monóculos, gafas,
sombreros con lazos de flores, diademas
de copa, bombines, biseras de militar,
gorros con plumas de faisán.
pisadas de zapatos,
suelas de caucho,
botas altas, botines,
abanicos, paraguas, bastones,
terciopelo en los cordones, hebillas de oro,
faldas y pantalones de abrigo,
esclavinas, fracs, capas,
pajaritas, alzacuellos,
pendientes, monóculos, gafas,
sombreros con lazos de flores, diademas
de copa, bombines, biseras de militar,
gorros con plumas de faisán.
Escondiendo smokings y finas sedas.
Un jolgorio de voces,
saludos, risas
Un jolgorio de voces,
saludos, risas
y bienvenidas con prisas
empezaban a desfilar.
La ópera abría sus puertas.
Strauss dirigía la orquesta.
El frío de fuera no se notaba
entre tanta personalidad.
El Príncipe y la Princesa
con traje real, banda azul
cruzada al pecho,
corona de plata ella,
anillos de compromiso,
reluciendo en aquel hemiciclo,
ocupaban el lugar central.
El espectáculo era una fiesta,
empezaban a desfilar.
La ópera abría sus puertas.
Strauss dirigía la orquesta.
El frío de fuera no se notaba
entre tanta personalidad.
El Príncipe y la Princesa
con traje real, banda azul
cruzada al pecho,
corona de plata ella,
anillos de compromiso,
reluciendo en aquel hemiciclo,
ocupaban el lugar central.
El espectáculo era una fiesta,
la música empezaba a sonar.
- ¿Me permite, bella dama?
- ¿Me permite, bella dama?
- ¡Por supuesto, caballero,
no faltaba más!
COMUNERO
COMUNERO
*Dedicado a L. y los buenos recuerdos que me trae.
2 comentarios:
Comuuuuu, mientras lo leía me iba imaginando el apuro que traías y lo serio que estabas escuchando. Formal, bien vestido y diciendo shhhhh no hables alto ni rías ... !compórtate niña! jjajajaja y bue... todo lo demás.
Un abrazo bien grande
Cecy
Eyyy, LUCIÉRNAGA, jaja, es que lo volví a leer ayer y me acordaba del día que estuvimos en la ópera, jaja, madre mía.
Espero que estéis todos y todas bien. Un besote majísima:
AAAAUUUUMMMFFMMMUUAAAKKKKKK
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