CERO PATATERO
Fue en el mes de Abril
cuando el campo estaba naciendo.
Un día de esos que sale el sol,
cuando las nubes juegan
y las flores impregnan
un dulce aroma de amor.
Tu saliste de la nada,
como una sombra que nadie ve,
ni se oye, ni se espera,
pero siempre está presente.
Entre mis ojos
un rayo de luz.
Entre los tuyos
la inocencia de tu mirada.
Buenos días, dije yo.
Buenos sean, me dijiste.
Un paso más,
una sonrisa.
Un palpitar
que a mi alma,
antes triste,
volviste a ilusionar.
Era Abril,
si, lo sé,
por que a partir de entonces,
todo en mi ser cambió.
Aaaah, ¡¡¡qué mes!!!
¡¡¡Qué día tan maravilloso!!!
¡¡¡Qué luces,
qué olores,
qué bonito parecía todo!!!
¿Qué hora era?
¿Qué hora fue?
¿Qué minuto?
¿Qué segundo?
Madre mía,
no lo sé.
¿Volverías?
O serías esa visión
que nos duerme al corazón
y nos hace enloquecer.
Te esperé.
Mes de Abril.
Y al día siguiente
te volví a ver,
y al otro,
y al otro,...
y cuando ya estaba acabando,
un enamorado loco
quiso darte un trozo
de su amor en un papel.
¡¡¡Qué mes!!!
¡¡¡Qué Abril!!!
Dulcinea eras para mí
y yo... jajaja,
el Quijote redomado
que aferrado de tu mano
caminaba y te hablaba
sin dejarte hablar a tí, jajaja.
Tu escudero,
tu guardián.
Un segundo en la escalera
del autobús de la escuela.
Tu, repasando apuntes con tus compañeras,
yo,... uff, soñando que acabaran las clases ya.
COMUNERO
No hay comentarios:
Publicar un comentario