¿Qué te puedo contar que no sepas de mí? ¿Qué te puedo contar? ¿Qué te puedo decir? Que me gusta tu boca, me encantan tus ojos, me priva esa forma que, sólo tu, tienes de reír... Y de hablar,... Y de salir de la nada como el que no se lo espera batiendo las alas prendiendo mis ganas como se prende una tea encendiendo ese fuego que quema y me quema y cada vez que te veo me muero y deseo estar a tu vera. Escondido detrás, susurrando, escuchando, convertido en guardián, callado, pensando, columpiándome en tus caderas, sacando de tí lo bueno perdiéndome entre tus maneras de conversar. ¿Qué te puedo contar? ¿Qué te puedo decir? A la noche te veo, en la noche te vas.
Huir. Marcharme de aquí. Hacer las maletas y empezar a vivir. Partiendo de cero, llevando recuerdos tan imborrables y tan bellos que todos los otros se quedan aquí. Dar ese paso, oír la canción, sacar un cigarro y respirar con el corazón. Tener la mirada clavada en el cielo, dejar que los pies comiencen el vuelo, que la espera ya terminó. Son vacaciones son ganas, es tiempo. Ver otras caras, ver otros pueblos. Reirme de todo, partirme el pecho, ver las mañanas con un aire nuevo. Huir, huir, huir, salir corriendo y dejar que el viento me traiga ese aroma de lilas y rosas, de verdes campos, de mar adentro, de noche estrellada, de sábanas blancas y una nota en la almohada mojada en un beso. Huir,¿huir? ¿Marchar? ¿Dejar todo lo que más quiero? ¿Salir de esta casa sin rumbo ni nada y empezar de nuevo? Uff, ¡¡¡Qué difícil!!! ¿No sería un sacrilegio? Llevármelo todo, todo lo bueno y quererlo vender a peso, sin precio. ¿Huir? ¿Para qué? No, no, no, mejor, me quedo.
En las yemas de mis dedos siento aún tu piel caliente, de sentimientos gotean las lágrimas de sudor y de un adiós que no quiero ni creerme. Y es que noto en mis labios la rareza de los tuyos, jajaj, el primer contacto, la primera cosquilla que me hizo tilín acelerando el abrazo y más y más, no soltarte, no dejarte marchar, no despegar de mis manos la caricia de tu cara, ni tu pelo, ni tus orejas que se escondían entre palabras que eran como otra boca que no hablaban pero se metían en mi boca como la tapa de un yougurt que quieres dejar más brillante que el detergente del fregaplatos. Y tus manos por mi cuello bajando temerosas como ríos de un torrente que se desboca e inhundan todos los centímetros del cuerpo sin dejar nada al azahar.
Aaaaahh, te quiero, ¿lo sabes? Jjaja, si, lo sabes, pero no dices nada, no digas nada, lo sé.
¿Quién eres que a mi lado te sientas y respiras de mis venas cuando tu sangre es más valiosa para mí?
¿Quién te dijo que vinieras junto a mí y te ocuparas de mis pensamientos cuando todo lo que siento a ti te hace reír?
Eres como un vampiro que me va chupando la vida que me dejo en el camino y aun así me quieres morder.
Vete ya, no te marches, mírame, deja ya de mirarme.
Me enrosco en esta silla, sepultando pensamientos pintando la fría pantalla de escritos que voy poniendo como una enredadera que va subiendo y subiendo, pared arriba, hacia el cielo y ya no se ve dónde empieza.
Y tu bajas, leyendo, con tacones las escaleras. Oigo tus pasos tan cerca y a la vez, pienso... ¡¡¡Qué lejos!!! Como un trueno, como la lluvia de una tormenta que la ves en la distancia y parece que nunca llega.
Te has vuelto una droga que me llena de alegría sin saber que si me faltas las pisadas de las sombras se apoderarán de mí.
La cabeza me da vueltas, ¿estás lejos o estás cerca? ¿Vas o vienes? En realidad, ¿Tu quién eres?
Hoy, así, sin más, Me voy a convertir en gato ¡Plaf! Ya. ¿Ya? Si ¿Y el rabo? ¡Ay vá, es verdad! (*Señor autor... ¿Queee? Un rabo, por favor. Dios, la tarea que das. Jajaja) Ahora si, ¿no? Si, ahora. Bien, vamos allá: Soy un gato, me paso todo el tiempo lamiendo, me lamo las uñas, me lamo los dedos, me lamo el hocico y a veces, me lamo el trasero. Lamo la leche, lamo el pan, lamo a mi amo y a mi mamá. Hago lo que hacen los gatos, duermo por entre el día y por las noches canto. ¿Cantas? Ej..hem, tarareo nada más. Pero lo que más me gusta es jugar. No sé a ustedes, pero nosotros, los gatos, jugamos con todo. Si nos tiran la pelota, me hago portero, si nos ponen un hilo soy tarzán y me enrosco como un niño, pero en gato, claro está. A veces me enfado y saco las uñas, sobretodo cuando algo me encabrita o me asusta. Pero luego se me pasa, y vuelvo a la normalidad. Me gusta rondar por la casa y ver qué voy a tener pa almorzar. No soy de comer mucho, aunque me gustan las chucherías, si me ponen pan y leche me lo tomo y pregunto si hay sardinas. Por las noches voy de ronda a buscar a mis amigos. Hoy como es Viernes vienen las gatitas del otro pueblo vecino. Así que me lavo, me aseo, me pongo bien guapo. y salgo bien limpio A una la eché el ojo, pero ni caso me hace, dice que soy perezoso y que la gustan más los alemanes. Buff, y eso que la llevé un ratón. Cosa rara, porque yo no soy de mucho correr. En fin, aquí sigo dormido en mi saco de paja suspirando por esos ojitos verdes de gata a ver si se baja del carro. Jajaja.
Que alegría pasar ratos así, charlando con una amiga ¡¡Que noche, madre mía!! Así da gusto vivir.
Llegué al bar, la tele encendida, la calle medio vacía y una mesa que me pedía a gritos - Ven, sal y siéntate aquí.
Pedí una cerveza. Di un sorbo y sin mirar nada más salí.
El calor de dentro se contrarrestaba con el frescor de fuera. El olor de las plantas, de los árboles, de las flores cuando se riegan me hacía cerrar los ojos y suspirar.
-¿Qué haces? - Ummm - ¿Estás solo? -Si. -¿Me puedo sentar? - Bueno, siéntate, pero sin molestar. -Vaya, lo siento. -No, no, no lo sientas, escucha nada más. -... -¿Te gusta? -¿Te refieres a la música? -Si. -... vaya, no está mal. -Me encanta. -Espera que voy a pedir algo para tomar. -Ok.
Y pasamos minutos, y pasamos las horas, y hablamos de cosas como si fuéramos dos personas sin prisa ni tiempo.
Ella reía, y yo la miraba sentado en la silla, clavando mis ojos en sus pupilas, riendo por fuera y diciendo a mi conciencia no digas nada que la cagas.
Y llegó la hora. Y tuvimos que despedirnos. Ella se levantó a dejar su vaso y yo el mío.
Y al pagar... Jajaja, No pagues que pago yo. No, yo invito, no, si, no, y el camarero enfadado: a ver si tengo que quitarme el cinto... Jajaja, pues paga tu. Ah, si, mejor.
Nos dimos las manos, quedamos en vernos, ella calle abajo, yo, soñando lo que me gusta su pelo.
Fueron tus ojos negros los que encerraron mi alma en prisión. Fueron aquellos tequieros los que me devolvieron la vida de la muerte en que vivía yo. No tuve nunca esa suerte de los que sin buscar hayan. Fuí siempre inocente al amor, sin pedir nada, más si dí mi espíritu y mi alma nunca puse en cuestión ocultarme. Y ahora, cuando te veo, siento que soy un preso encarcelado a voluntad propia que sin arrepentirse por boca vive pez en tu pecera. Tu me das el oxígeno, yo te doy mi vida entera. Y en mis sueños sueño contigo sabiendo, desgraciado de mí, que eres MI CARCELERA.
Como un Ángel de la Guarda que a mi encuentro surge y salta siento que aquí y ahora escondida entre las sombras de mi calle eres fantasma. Surco deprisa aceras, cabizbajo ruego a Dios no me hipnotices, que me llena de congoja y de pena los soplos de tu aliento triste. Y miro a las demás personas con cierta curiosidad. Todas tienen algo tuyo y en todas ellas estás. Es como si de un embrujo me llenara la vista de tí, como si las palabras ya las hubiera oído antes, como si a cada instante supiera lo que me van a decir. Mis oídos ya no escuchan solo oyen lo que quieren oír. El amor me está rondando, y yo lo quiero seguir. Seducido busco ansioso que aparezca tu presencia dormitando en la paciencia ciego y loco estoy por ti. MMMMMUUAAAAKKKKKKKKKKKKK
No te fuiste el día que me lo dijiste, ni tampoco el día que yo te deseé suerte, tu marcha ya estaba premeditada, tus palabras, tus dudas, tu afán por tener las cosas ordenadas,... fue el día que no viste en mi nada que te pudiera consolar, ni dar respuesta, ni animar a conseguir esa felicidad que con tanta pasión ansiabas. Y me dejaste abandonado, con los cimientos trastocados, hundiéndome en la miseria de un amor que aún te amaba, pero no te emocionaba, cada vez que yo te hablaba te daba dolor de cabeza. Y ahora, me acompaña la tristeza, tu ausencia en este cuarto abarrotado lleno de recuerdos trasnochados, recuerdos que son como cuadros mal colgados, diferentes al volverlos a mirar. Ya no sé si mi culpa se puede remediar, ni si tu quedrás volver, o mejor, a seguir... No lo sé. Y aquí ando, observando por la ventana las nubes de la mañana como soldados derrotados mal vestidos y cansados. Vuelve si quieres y cuando quieras la puerta seguirá siempre abierta. Mi amor aquí te está esperando deshojando pétalos de primaveras escuchando voces que me hablan como si todavía estuvieras...
Es mi vida la que vivo en tronantes sintonías que reflejan en el suelo como gotas de llovizna salpicando a quien me escucha empapando sin malicia retumbando en las noches con calladas melodías.
Son las letras de un poema que asusta y entristece contamina y enmudece a quien vive el día a día poniendo en duda las manos cuando hablan de caricias.
Y mi sombra se ha acostado acurrucada entre suspiros. Dice que la eche la sábana, ¡¡Y su pijama y su gorrito!! No quiero dejarla sola, ni quiero marcharme lejos, que quiero contarla sueños y que sueñe lo que la cuento.
Y mañana al despertar los dos bostezaremos y volveremos a caminar tropezando a cada metro.
Suben y bajan las emociones que tengo. Suelen ser como recuerdos que vienen y van. Unas veces río y estoy contento, otras me pongo triste y todo lo que llevo dentro lo quiero soltar. Pero hoy hablé contigo y mi corazón volvió a latir. Fue como salir de una cueva ver la luz y descubrir que los días son hermosos que las noches son tan bellas que no sé como he podido pasar tanto tiempo sin tí. Hasta creo que no me acuerdo de las cosas que he hecho. Pienso un poco y solo veo tu sonrisa, tus palabras,... y parece que siempre has estado aquí. Es verdad, fue tanto tiempo, ya creí que nunca tu ni nunca yo, volveríamos a coincidir, y ya ves, así sin más hoy lo estaba pensando y sin querer me dió por mirar y en el teléfono apareció un mensaje con tu voz, con el número que recordaba, ese que nunca se olvida, el que llevas de por vida clavado en la memoria del corazón. HOLA, Q TAL? Medio tonto me he quedado y lo primero que he contestado fue: BIEN, Y TU? Y luego empezamos a hablar. Ahora espero tu llamada. Y miro al teléfono de reojo, he puesto el tono más alto por si me quedo dormido o me distraigo, despertarme y contestar rápido. Que quiero volverte a oír y soñar que volvemos a reír, yo con tu cara y tu... estés dónde estés, abrazada muy fuerte a mí.
No me quiero morir sin probar el sabor de tus labios, rojos, sensuales, brillantes, carnosos, maravillosos, mágicos. Llenos de ese edulcorante que endulza la vida, que al moribundo reanima y al enamorado lo vuelve loco de remate. Porque así me tienes, hija mía, desde la primera vez que te vi, tus labios son mis caricias, son mis deseos, mis complejos, mis flechas para llamarte. Y suspiras... aayy y te miro, y cuanto más me quedo fijo, más clavo mis ojos en ese limbo que tu boca me suplica. Si, voy a besarte, a cerrar esa entrada de aire y a jugar con tu lengua y la mía. Que tus labios son mi risa y me quiero empapar de tu roce, tu saliva,... aaaayy, de tus ojos cuando miras y me ves medio dormido implorando sin hablar sigue así pegada a mí que tu eres mi MANÁ.
¿Qué pasó COMUNERO, ya dejaste de escribir? Hace tiempo, no te leo ni suspiro, ni te veo, y, hasta creo, que te fuiste sin decir un ADIOS a tus lectores, a las personas que pasan dejen o no dejen huella, todas ellas, son anónimas lo sabes, pero todas, te quieren ver. Vuelve a escribir otra vez, hazlo por mí, compañero, que cuando escribes yo sueño e imagino lo que cuentas, y hazme sentir sensaciones, oír tu risa, tararear las canciones que colocas en los poemas. Vuelve a hablar con tu musa, dile que la necesitas, piensa en cosas bonitas y si hace falta, regálala un ramo de flores. Supón que ella duerme acostada sobre tu hombro. Imagina que con un beso se despierta y te da otro. Dila lo que la quieres, escríbelo en tus versos, acaríciala el pelo al viento y abrázala muy fuerte, como sabes tu abrazar, abrazos que hacen crugir costillas, que se sienta tan querida que piense que nunca la vas a soltar. Y sueña entre sus sueños. Y juega cuando ella quiera. Piensa que estar con ella es descubrir ese mundo ideal, del cual tu te habías marchado, y ella, ansiosa, como una niña en la cuna se durmió mirando la luna rezando que la despertaras.
Voy a soñar contigo y a pensar que estás aquí. Voy a dejarte un ladito de la cama donde duermo y si veo que hace frío bajo las sábanas, te buscaré.
Porque ya tenía ganas de dormir contigo cerca, que las noches son muy cortas y los días son eternos, que hasta el reloj que me despierta toca el riiiing por aburrimiento.
Pero esta noche no. Esta noche será larga. Te abrazaré sin dejar nada ni un poro, ni un beso, ni siquiera las palabras que vayas a decir.
Seré tuyo y tu mía. No dejaré que te escapes. Apagaremos esta sed que nos quema y nos derrite y en el hambre de los sueños, con tus sueños y mis sueños, aaayyy, arderemos en deseos... ¡¡¡Al ataqueee¡¡¡ MMMMMMUUUAAAAAAKKKKK.
Puede ser que tu me veas como una persona simpática y puede que creas que soy tu amigo, pero solo soy un espejismo que camina por la tierra dejando rastros de un olor que a veces alegra y otras amarga.
Puede ser que tu te creas todo lo que yo digo, incluso pienses que soy tu niño ese que siempre espera a que llegues y le dés la cena.
No, amiga o amigo, ya te digo que sólo soy un espejismo, algo que pasa y no te das cuenta como un soplo de aire que corre por los caminos levantando un polvo de arena que, a veces, te hace cerrar los ojos.
Eso soy, aparezco y desaparezco sin motivo ni razón. ¿La suerte nos volverá a coincidir? Puede que si, o puede que no, puede que no sea hoy, ni mañana, quizás en un año no nos veamos, pero ... ¿Lo sabes tu? Yo tampoco.