sábado, 30 de enero de 2010

Para ROSE DAWSON


OCÉANO ATLÁNTICO;
Mes de abril, día catorce de mil novecientos doce.

No sé si me recordarás ROSE,
soy JACK, ¿te acuerdas?
Te sigo viendo en mis dibujos,
con aquel diamante azul,
el Corazón de la Mar.
Jajaja, ya si, ya te vas acordando.
¿¿Te acuerdas de la primera vez que nos vimos??
No, no fue cuando te querías tirar por la borda, no.
La primera vez fue,.. ¿recuerdas?
Si, exacto. Allí en la barandilla del TITANIC,
yo hablaba con Fabriccio y unos amigos que conocí y te miré,
y me miraste,jajaja,
un poco orgullosa, y pensaste: -Ja, pero qué descaro, menudo pordiosero-
Si, esa fue la primera vez.
Y luego se fue enredando todo.
Aquella noche estrellada,
llegaste corriendo,

con tu vestido rojo y tus zapatos de terciopelo, con los ojos llorosos
¿Te acuerdas?, jo menuda pasada. ¡Qué resbalón!
¿Y si no hubiera estado allí? ¿Y si hubieras caído y yo no hubiera hecho nada?
No era mi obligación, ya lo sé, pero tu, tu, querida ROSE, me gustabas.
Y me hubiera tirado a salvarte, aunque hubiera muerto ahogado, si, ROSE, miamor,

si tu hubieras saltado, yo hubiera saltado contigo.
Jajajaja, menos mal que no lo hiciste, menos mal. ¡Y más con ese frío!
Si no, igual, no estaría hablando ahora mismo.
¡Qué bien lo pasamos! ¿Verdad?
Bueno, el final ya sabemos todos lo que pasó,
pero tu ROSE, seguirás viva, aunque solo sea en mis dibujos,
con aquel jodido pedrusco engarzado en tu cuello.
Siempre seré tuyo, querida,

Rose Dawson, amormío.
TE QUIERO.


COMUNERO


miércoles, 27 de enero de 2010

EL ÚLTIMO MONO



EL ÚLTIMO MONO

Ya no sé si Dios,
ha perdido el Norte.
Si cuando Él se duerme,
en la tierra
se despiertan los hombres.

Ya no sé,
si la vida es
un árbol que pierde las hojas
y cuando se queda sin ellas
solo sirve de leña
para calentar memorias.

Ya no sé
si la felicidad es cierta
o es más cierta la tristeza
y la cubrimos de sombras
para huir de ella.
Si el destino está escrito,
o es el futuro
un absurdo ardid.
Si es el mono,
el último lazo conmigo
o soy yo,
el último mono con él.

Ya no sé
si lo que digo lo siento,
o solo siento que digo
lo que nunca debí decir.

Por eso, por eso digo:
YA NO SÉ.

COMUNERO


domingo, 24 de enero de 2010

SENTADO



SENTADO

Una vez conocí a un ángel
que me hizo sentir
cosas que no he conocido.
Caminé por los caminos
del placer y del amor.
Me llené de sus lamentos,
de sus sueños tristes
y buenos sentimientos
y llegué a conocer
eso que dicen
"ser como un Dios".

Pero al cabo del tiempo,
ocurrió lo de siempre.
Sentados frente a frente
comentamos esta relación.

Nunca sería su Dios
ni el ángel, mi ángel.
Aunque se sentara cerca
no le podría tocar, ni abrazar,
porque no le podría ver.
Yo sería para él
algo terreno y palpable,
él para mí, sería
la voz en la lejanía,
el viento, las olas,
el temblor de las manos,
el beso que das sin saber a quién.

Y aquí sigo esperando.
Rezando para que Dios no se enfade.
Pidiendo perdón por mis actos,
dejando que el viento con su lamento
venga a buscarme esta tarde
sentado frente al patio
contemplando la lluvia
que cae.

COMUNERO

jueves, 21 de enero de 2010

LOVE MUST GO ON!


LOVE MUST GO ON!



¡Aaaayy, el amor!
L'amour como dirían los franceses.
¡Qué cosas tiene el amor!
Son tan imposibles de contar...
Seguro que cada uno
ha pasado por alguna de sus fases.
Jajaj,
¡TOOOODOOOSS!
Si, yo creo que todos hemos estado
alguna vez enamorados.
Aunque luego no haya resultado bien.
Porque el amor es lo que tiene,
pero de eso, ya habrá tiempo,
ya lo contaremos en otro momento ¿verdad?

Y es que unas veces te abraza con sus alas,
o te pone a soñar sin querer,
o te enseña a querer soñar
las cosas buenas.
Fíjense qué cosas,
cuando estás enamorado
escribes distinto.
Por ejemplo,
las palabras no salen de la cabeza, no,
salen del mismísimo corazón.
Y te dejas llevar por él.
No piensas, ni razonas.
Solo quieres cerrar los ojos
y respirar.
No se intuyen las zancadillas
ni las trampas de la vida,
no quieres luchar por nada
ni quieres que se acabe.
Hasta la cosa más amarga,
te sabe dulce.
Ves ternura donde había zarzas.
Una flor solitaria
te da la mayor compañía
que cualquier marabunta de personas desconocidas
te puedan dar.
Subes, bajas,
haces las cosas más extraordinarias
sin esfuerzo, con ganas,
y aunque te caigas de sueño
y tu cama sea un ladrillo,
duermes entre algodones
porque el amor se vuelve fofo,
como un colchón de plumas calentitas.
Si, eso, como si fuera un nido de gorriones.
A tus manos les salen diez voces
que, como las mías,
hablan y escriben
sin parar,
como si quisieran contar al mundo
lo feliz que estás.

¡Aaaayyy, el amor!
No se tenía que acabar jamás.

COMUNERO
















































domingo, 17 de enero de 2010

R.I.P.




R.I.P.

¿Que me quieres?
Bien.
¿Que no?
También.

Si yo lo único que quería,
era
que hubiera
alguien cerquita
y que el día que me muriera
avisara a mi familia:

"COMU, ESTÁ BIEN,
PERO SE HA MUERTO."

Que me recen un PADRE NUESTRO,
solo eso,
y si alguna cosa debo,
apúntenlo en un cuaderno
y me lo recuerden al final de los tiempos,
porque con la memoria que tengo
no sé si me acordaré.

Muchos besos
AMÉN.

COMUNERO


sábado, 16 de enero de 2010

UP IN THE AIR




UP IN THE AIR

Sigo aquí,
mirando un panel
con el nombre de los aviones
que entran y salen,
los que vienen
y los que se van
los que aterrizan con su enorme peso
dejando descansar en el suelo
a cientos de pasajeros.
Y los que despegan,
llevando ilusiones al cielo,
reservando un beso en la frente
para ese momento
en el que vuelvan a aterrizar.

Y me veo solo.
Hasta los letreros
parece que se transforman
en los nombres de esas personas que conozco.

¿Cuál he de elegir?
¿Cuál es el que sube o aterriza?
¿En cuál me monto?
¿Habrá salido ya?
¿Lo habrán suspendido?
Quizás ya llegué tarde
y sigo pensando, mirando, leyendo, esperando
cargado con mi equipaje,
el letrero que me anuncie
COMU, ÉSTE ES,
NO TE RETRASES Y SUBE A BORDO.

COMUNERO


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jueves, 14 de enero de 2010

AHÍ ESTÁN LAS ESTRELLAS




AHÍ ESTÁN LAS ESTRELLAS

Hay estrellas que se pierden
y hay que salir a buscarlas.
Hay estrellas que una vez
fueron dulces y bellas
y no sé por qué narices
se apagaron de repente
y no las volvimos a ver.
Hay estrellas que sin querer
desaparecen,
y buscan en otros universos
firmamentos más tranquilos
más sencillos
con menos entresijos,
sin tantos complejos,
y de vez en cuando,
te das cuenta, que nunca se habían ido,
que siempre han estado cerca,
que te miran por ese agujerito de la puerta
y sientes una alegría inmensa cuando las vuelves a ver.
Hay estrellas como las personas
que crees que ya se han ido
y ni mucho menos, jajaj,
sin querer, un día despiertas,
y notas que están contigo,
hablando,
bailando,
guardando cosas
que ayer no encontrabas
y hoy, como por arte de magia,
las ves en cualquier rincón.
Y te alegras,
y te das cuenta que te recuerdan
a esas personas que no están aquí
sino en las estrellas,
y que siguen siendo tan bellas
como las conociste tu.
MMMMUUUUAAAAKKKK
Para ti, para mi y para todas ellas.

COMUNERO



soundboard.com

martes, 12 de enero de 2010

EL GIGANTE EGOÍSTA (Segunda parte)


EL GIGANTE EGOÍSTA


Nunca solía hablar con nadie,
bueno,
miento,
solo hablaba con los otros gigantes
y eso era de pascuas a ramos
una vez en todo el año
y algunas, ni eso.

Pero desde el día aquél,
el del niño descalzo,
algo en mí cambió mi ser
que ya no soy tan uraño.
Siempre quiero ver
una sonrisa, una mirada, un afecto,
los brazos de otra persona alrededor de mi cuello
eso que nunca tuve y
creí que iba a morir sin conocer.

No sé si les conté,
que derribé la muralla que hice alrededor,
y el cartel aquél que puse, lo rompí.
Los niños volvieron a entrar,
yo me volví gentil
y cuando los árboles les pudieron escuchar
volvieron a resucitar
y las flores a florecer.

Todos los árboles menos uno.
Uno que todavía recuerdo
fue en el que cambié.

¿Qué habrá sido el chiquillo?
Nadie nunca lo volvió a ver.
Ni yo, que soy tan grande,
subiéndome a la montaña más alta
jamás encontrarle pude.

Soy muy viejo,
y estoy cansado.
Por las tardes paseo
y espero a los niños de la escuela
para que vengan a pedirme que les cuente un cuento.
¿Qué habrá sido de aquel chiquillo?
No lo sé.

Una mañana de invierno miró por su ventana. Ya no odiaba al Invierno. Sabía que la Primavera estaba únicamente dormida – las flores descansaban.

De repente vio algo extraño. En una esquina del jardín había un árbol. Estaba cubierto de primorosas flores blanquecinas. De sus ramas colgaba fruta dorada y de plata.

El chiquitín que tanto amaba el Gigante estaba de pie bajo el árbol. El Gigante bajó corriendo las escaleras y salió al jardín. Atravesó el césped y cuando estaba cerca del chico dijo, “¿Quién te ha hecho daño?”

En cada una de las manos del chico había un agujero. Y en cada pie también.

El Gigante miró de arriba abajo al chiquitín y gritó, “¿Quién se ha atrevido a herirte? Dímelo y le atravesaré con mi espada.”

“¡No!” respondió el pequeñajo, “estas son las marcas del Amor.”

“¿Quién eres?” gritó el Gigante, inclinándose delante del crío.

El niño le sonrió al Gigante. Y le dijo, “Tu me dejaste entrar en tu jardín. Hoy vendrás conmigo y jugarás en el mío, allá arriba, en el cielo.”

Los niños entraron corriendo en el jardín aquella tarde. Ellos encontraron al Gigante tendido muerto bajo el árbol, todo él cubierto de blancas flores.



FIN


domingo, 10 de enero de 2010

MUJER


MUJER

Son tus silencios
los que me hacen imaginar cosas.
Son tus risas, tus comentarios,
tus susurros a media voz,
casi cortada, algo nerviosa,
son esos momentos a media luz,
a media sombra,
lo que me gusta de tí.

Son tus manos entre las mías,
tu cuerpo entre mis brazos,
tus piernas dibujando un arco
que me funde, me sacia y contamina,
tus ojos anhelosos
de amores, rumores,
de fragancias y fantasías,
que rompen todos los cálculos
inventando nuevas teorías.

Eres esa sirena
que suena en la lejanía.
Eres la hoja de papel
que se llena de poesías.
Eres un paseo por el camino
en la tarde, despacio,
sin prisas.

Y me gusta tu silueta,
tu sombra en la pared
tu BUENASNOCHESMIAMOR,
tus besos directos,
como flechas
de tu boca a mi boca.
Las espinas parecen de miel,
las penas,... son pompas de jabón
que se explotan y ya no vuelven.

Pero lo que más me gusta es
escuchar el sonido del amor
cuando nos quedamos callados
cuando nuestros corazones se vuelven locos
lantiendo como uno solo
y a la vez.
Sin parar,
sin hablar,
sin querer retroceder.
Besándonos más y más.
Fundiéndose nuestra piel.
Dejando que nuestras almas
ardan en la hoguera del placer.
Moviendo los labios para decir algo
y que las palabras se ahoguen sin pecado
en las yemas de los dedos, benditos, sagrados, tiernos.
Como si nos contáramos en silencio secretos que no pudiéramos esconder.
Eso es lo que más me gusta.
Eso es lo que más me gusta de ti,

mujer.

COMUNERO


sábado, 9 de enero de 2010

LA DUREZA DEL SUELO



LA DUREZA DEL SUELO

Tengo el cuerpo
que no da un paso,
que si me agacho
se pone a crugir.
Y tengo un chichón en la cabeza,
¿de qué es? dirán.
Ahora, ahora se lo voy a decir,
paciencia.

Cualquiera que me vea, pensará
"Ayer vino borracho y se cayó de la cama".
Pues no.
"Ayer tuvo una pesadilla y de tantas vueltas que dio,
plaf,
se cayó de la cama."
Tampoco.
"Ayer entró a oscuras en la habitación y como estaba tan cansado,
plooff,
no se dio ni cuenta de donde caía
y ha amanecido inconsciente."
Dios,no. No, no y no.
Pues ¿qué pasó?

Resulta que ayer soñé contigo,
y la almohada hacía de ti.
La abrazaba,
la acurrucaba,
la llamaba CORAZÓNMÍO
y la daba tantos besitos
que debí de entusiasmarme tanto
y en un descuido
¡Cataplúm!
COMU por los suelos
y encima de él,
tu.
Y por no separarme,
y porque no te fueras,
dije a la almohada
que no había pasado nada
hasta que esta mañana
me desperté y me vi así.
Con todas las sábanas enroscadas
la colcha en función de alfombra
y el reloj-despertador
sonándome en la nariz
y yo pensando
que eras tu con tus bromas
y tus besitos de pitiminí.

Descubierto el enigma
les reverencio y saludo,
y a la hora de dormir
recuerden...:
¡¡¡SI DE LA CAMA SE PUEDEN CAER,
COÑO, SUJÉTENSE BIEEEENNNN!!!
Jaja

COMUNERO



jueves, 7 de enero de 2010

RESERVADO


RESERVADO



Fue un día azul,
con un sol medio postrado
llenando el horizonte
de viejos rumores pausados
que mi corazón desesperado,
los pintaba de vivos colores.

Eran rumores que venían del mar,
de las olas que los dos mirábamos,
de aquel paseo enlosado,
de las rocas,
de las gaviotas
y de aquella brisa con aroma salado.

¿Qué haces aquí?
No sé.
Esperando.
¿Esperando a qué?
No sé.
Algo.
¿Me puedo sentar?
No veo ningún cartel que ponga: RESERVADO.
¡Glup!(¡COMU a callar!)
¿Vienes mucho?
Si.
Me gusta el olor del mar.
¿Huele a azahar?
No, amigo, huele a la arena mojada
como cuando la lluvia empapa la tierra en verano
y la hierba se cala
y las flores se refrescan
llenando sus preciosas caras
de gotitas, como si acabaran de darse un baño.
Ah.

Ni hiciste un mal gesto,
ni me miraste.
Solamente cerraste los ojos,
dejaste que tu pelo fuera bandera del viento.
La frente bien alta,
las manos apoyadas contra el suelo,
parecías una sirena,
recubierta de esmeraldas y turquesas
por los poros de tu cuerpo.

Yo te miraba,
callado,
queriendo soñar lo que tu soñabas,
escuchando lo que tu escuchabas,
sin saber que fue entonces
a tu lado,
que el corazón me dijo:
"COMU, amigo, creo que a los dos
nos ha cautivado".

Y así fue,
volví a ir,
a recorrer el paseo aquél
para encontrarte otra vez
y oler y oír
y soñar mirando hacia el mar
sentados.


COMUNERO



viernes, 1 de enero de 2010

LANGUIDECER





LANGUIDECER

Antes,
si me ves,
soñaba que estabas de pie,
frente a mí,
esperando un contacto
que yo hacía languidecer.

Y mis manos,
sin decirles nada
a tu blusa se acercaban.
Subían por tus hombros
acariciaban tus brazos
y a mediana altura
se llenaban de ternura
y flotaban en el espacio.

Te notaba temblorosa.
Como si quisieras retirarte.
No te movías,
ni nada decías .
Casi ni respirabas.
Y yo callado, seguía
explorando, descubriendo,
sujetando entre mis manos
dos pastelitos redondos
con su guinda en medio,
que salían de tu pecho
y me estaban excitando.

Solo nuestros deseos
rompían el silencio de ese momento.
Mi respiración se atropellaba,
la tuya con susurros se mezclaba
y, a veces, un "tequiero" se te escapaba
lo cual me obligaba a mirarte.

Era como si me estuviera adelantando
como si el camino que seguía
fuera el equivocado.

Algo normal en mí,
porque en estas cosas
siempre he sido y seré un novato.

Un botón abría una puerta,
Otro botón más abajo,
dibujaba la punta de una flecha
que me iba señalando el paso.
La ruta a seguir.
EL DORADO.


Tu piel se granulaba
y tu cuerpo subía y bajaba
como un fuelle sin control.

Y yo,
por más prisa que me daba
casi no veía nada

y me ponía más nervioso.
Otro más,
y más abajo otro, y otro,
y otro botón...

Y con el último
sumergía mis manos como un pulpo
y sentía tu electricidad.
Acerqué mi boca a tu vientre.
Como un bebé recién nacido que quisiera esconderse.
Como si fueras una fuente
y yo quisiera beber de ti.
Tu néctar,
tu sabia,
esos licores que embriagan y emborrachan
a aquél que los prueba por primera vez.

Jadeabas
como si entre mis labios,
un cable te llevara los mensajes
conectándolos con tu cerebro.

Me apretabas.
Me acuerdo.
Cerrábamos los ojos de deseo
y el sueño,
ahora mismo,
se ha vuelto a repetir.

Antes, si me ves,
soñaba que estabas de pie,
frente a mí.
Desnuda.
Esperando un contacto

que yo hacía...
languidecer.


COMUNERO

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